El Síndrome de Down es una alteración genética que se produce en el momento de la concepción y se lleva durante toda la vida, no es una enfermedad, ni padecimiento.

Las células del cuerpo humano tienen 46 cromosomas distribuidos en 23 pares. Uno de estos pares determina el sexo del individuo, los otros 22 se numeran del 1 al 22 en función de su tamaño decreciente, las personas con síndrome de Down tienen tres cromosomas en el par 21 en lugar de los dos que existen habitualmente; por ello, este síndrome también se conoce como Trisomía 21.

Las mayoría de las personas con Síndrome de Down tienen rasgos parecidos a los de sus padres, como cualquier otra persona, hay algunas características físicas que pueden aparecer como asociadas al síndrome. Como cualquier otro individuo, tienen gustos, talentos para ciertas tareas, dificultad para otras, defectos y virtudes que van desarrollando a lo largo de su vida.

Los niños con Síndrome de Down podrán desarrollar todo su potencial de aprendizaje y seguirán los mismos pasos que el resto de los niños, aunque más lentamente. Dependerán, fundamentalmente, de una familia sólida que les brinde amor y necesitarán de profesionales de apoyo para su desarrollo.

Quienes tienen Síndrome de Down no están condicionados para desarrollar su vida, pero sí necesitan apoyo adicional para lograr algunos objetivos. Para eso, es importante dar una estimulación temprana lo antes posible. La inclusión de las personas con Síndrome de Down en los ámbitos educativos y laborales aumenta las posibilidades para estas personas, además de ser beneficiosa para toda la sociedad.


El Síndrome de Down es una alteración genética que se produce en el momento de la concepción y se lleva durante toda la vida, no es una enfermedad, ni padecimiento.

¿El Síndrome de Down tiene cura?

El Síndrome de Down no es una enfermedad y por tanto no puede curarse. Es una alteración en el equilibrio genético que altera el funcionamiento normal del organismo, ocasionando un desarrollo más lento. Sin embargo, las habilidades y destrezas del niño no dependerán únicamente de los factores genéticos, sino también de la estimulación y apoyo que reciba desde su nacimiento. Esta estimulación, que se conoce como atención temprana, es la única terapia que ha demostrado ser efectiva.

¿Cómo sabemos qué grado de Síndrome de Down tiene nuestro hijo?

Existe la creencia de que hay diferentes grados o niveles de Síndrome de Down. Esto es completamente erróneo. Lo que ocurre es que las características genéticas de la trisomía 21 provocan una alteración diferente en cada persona en las áreas cognitiva (conciencia de sí mismo y su entorno), motora (movimiento) y lingüística.

El grado en que una persona muestre características físicas típicas de este síndrome no determina su grado de discapacidad intelectual.

¿Es mi culpa?. ¿Podía haberlo prevenido?

No. El origen de esta alteración genética es desconocido, cualquier pareja puede tener un hijo con Síndrome de Down, esta discapacidad intelectual se produce de manera aleatoria en uno de cada 1.000 nacimientos que se producen en el mundo. Debes estar tranquilo, ya que no ha sido tu culpa ni podías haberlo evitado.

La actitud y entrega de los padres, familias, maestros y terapeutas, marca el desarrollo de todos los niños y marcará muy especialmente el desarrollo del niño con síndrome de Down y por tanto su integración como adulto en la sociedad.

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