La meningitis es la inflamación de las membranas (meninges) que recubren el cerebro y la médula espinal. Se contrae cuando el meningococo vence las defensas del sistema inmunitario, y pasa a la corriente sanguínea causando meningitis, sepsis o ambas enfermedades.

El meningococo es una bacteria muy común y, para la mayoría de las personas, resulta inocua. Entre un 5% y un 20% de la población la lleva en la nariz y en la garganta sin incluso saberlo, estas personas se llaman portadores asintomáticos, y expulsan la bacteria al exterior en sus secreciones nasofaríngeas (al estornudar, toser, etc).

La meningitis puede ser de origen vírico, que suele ser benigna y de consecuencias leves o de origen bacteriano, que es la más peligrosa.

Fundamentalmente hay 3 tipos de bacterias causantes de meningitis, la Haemophilus Influenzae B (HiB), el neumococo y el meningococo con todos sus serogrupos (A, B, C, W, X e Y).

Cualquier persona puede contraer meningitis, pero los grupos de mayor riesgo son los niños menores de 5 años y los jóvenes de entre 15 y 24 años, mayormente con sistemas inmunitarios débiles. De hecho, es la primera causa de muerte por infección en niños y adolescentes.

La vacunación es la mejor defensa ante éstas y otras enfermedades.

La meningitis de origen bacteriano, la más peligrosa, puede resultar mortal; aunque el fallecimiento se produce únicamente en un reducido porcentaje de los afectados (aproximadamente el 10%). Sin embargo, algunas de las personas que sobreviven (hasta un 20%) quedan con minusvalías u otras secuelas tales como pérdidas sensoriales, daños cerebrales o amputación de miembros.

Los primeros síntomas de meningitis pueden simular la gripe (influenza). Los síntomas pueden desarrollarse durante varias horas o en unos pocos días.

Los posibles signos y síntomas en cualquier persona mayor de 2 años incluyen:

  • Fiebre alta repentina
  • Rigidez de nuca
  • Dolor de cabeza intenso que parece diferente de lo normal.
  • Dolor de cabeza con náuseas o vómitos.
  • Confusión o dificultad para concentrarse
  • Convulsiones
  • Somnolencia o dificultad para despertarse.
  • Sensibilidad a la luz
  • Sin apetito ni sed
  • Erupción cutánea (a veces, como en la meningitis meningocócica)
  • Signos en recién nacidos

Los recién nacidos y los bebés pueden mostrar estos signos:

  • Fiebre alta
  • Llanto constante
  • Somnolencia o irritabilidad excesiva
  • Inactividad o lentitud
  • Mala alimentación
  • Un bulto en el punto blando en la parte superior de la cabeza de un bebé (fontanela)
  • Rigidez en el cuerpo y el cuello del bebé.

Los bebés con meningitis pueden ser difíciles de consolar e incluso pueden llorar más fuerte cuando se los sostiene.

El meningococo no puede vivir durante mucho tiempo en el aire, no sobrevive más que durante unos momentos fuera del cuerpo humano. No se puede transmitir a través de los objetos de la vida cotidiana.

La vacunación es la mejor defensa ante éstas y otras enfermedades. Las vacunas existentes ofrecen una excelente protección, pero no pueden prevenir todas las formas de la enfermedad.

La meningitis bacteriana es grave y puede ser mortal en cuestión de días sin un tratamiento antibiótico inmediato. El tratamiento retrasado aumenta el riesgo de daño cerebral permanente o muerte.

También es importante hablar con su médico si un miembro de la familia o alguien con quien trabaja tiene meningitis. Es posible que deba tomar medicamentos para evitar contraer la infección.

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